Egor Korolev venció en la última etapa tras dar una exhibición en solitario, y Alexander Ryabkin fue el ganador de la general demostrando su fortaleza en los últimos kilómetros
La cuadragésimo séptima edición de la Vuelta Ciclista a Segovia coronó a la escuadra rusa del Lokomotiv como la más destacada de todas cuantas participaron en la carrera. Sus ciclistas dieron una auténtica exhibición en la última etapa de la ronda segoviana, que con inicio en Valverde del Majano pasó en cinco ocasiones por el arco de meta, recorriendo el tradicional circuito de La Piedad.
Normalmente, si el equipo más fuerte sabe cómo manejarse en la carrera sus opciones de victoria se disparan. El Lokomotiv ruso no sólo fue el equipo más fuerte de la vuelta, sino que también supo moverse con mucha inteligencia en las tres etapas de la ronda, manteniéndose en un segundo plano y dejando hacer a sus rivales en las dos primeras etapas, para asestar un zarpazo impresionante en la tercera y definitiva, consiguiendo la práctica totalidad de los puestos de honor de la carrera. Y todo ello con el mérito añadido de competir con tan sólo cinco ciclistas, cuando la organización permitía inscribir siete por equipo.
Alexander Ryabkin, que comenzó la etapa como tercer clasificado en la general, demostró ser el hombre más fuerte de la carrera, ayudado por sus compañeros de equipo, que desgastaron al conjunto del líder, el Ciudad de Lugo de Gustavo Rodríguez, de tal manera que en los últimos kilómetros el ciclista lucense no tuvo un solo apoyo para plantar cara a los corredores del Lokomotiv.
La etapa se la adjudicó Egor Korolev, que culminó muchos kilómetros de escapada en solitario con un extraordinario y merecido triunfo. Por detrás, Sebastián Mora y el segoviano Marcos Martínez Gañán imprimieron un fuerte ritmo tratando de enlazar con Korolev, pero un inoportuno pinchazo del corredor del Camargo le hizo perder mucho tiempo, y Mora no logró acercarse al ruso, que comenzó la primera de las cuatro vueltas al circuito de La Piedad con una ventaja importante.
Se esperaba una reacción del pelotón, pero con el paso de las vueltas se pudo comprobar que el líder estaba demasiado solo como para restarle tiempo al escapado. Los dos minutos de desventaja no se redujeron en ningún momento, y tanto al Ciudad de Lugo de Gustavo Rodríguez como al Camargo de David Gutiérrez se les escapaba la vuelta gracias a la estrategia del Lokomotiv, que apostaba por Korolev como ganador, sabiendo que en la recámara tenía a otros tres hombres con opciones de saltar en cuanto se cogiera al fugado.
Pero el fugado no dejó que nadie osara acercársele, y marcando una media estratosférica en los últimos kilómetros entró en la última subida a la cuesta de Los Hoyos con la tranquilidad que le daba su renta.
Pero Korolev no fue quien más rápido hizo la última vuelta al circuito de La Piedad, sino que fue su compañero Alexander Ryabkin quien demarró con fuerza y dejó clavados a todos sus oponentes. Tanto fue así que en un suspiro se colocó a tiro de Korolev, con opciones de ganar la etapa. Pero Ryabkin buscaba el premio gordo, el primer puesto de la general, y por ello no quiso disputarle el triunfo parcial a su compañero, que entró en la meta exultante tras el esfuerzo realizado. Por detrás, el pelotón fraccionado en mil pedazos, fue llegando con un retraso considerable. Tanto, que los últimos de la etapa fueron doblados por los primeros en la vuelta final.
De esta manera, con el brillante triunfo del Lokomotiv, se puso el punto final a la cuadragésimo séptima edición de la vuelta ciclista a Segovia, una carrera bien organizada, hecha con cariño y con no poco esfuerzo por parte de los miembros de la Sociedad Ciclista Segoviana, que llevan años pidiendo un relevo generacional que no acaba de llegar.
Fuente: www.eladelantado.com