La tercera y última etapa de la ronda se disputa este viernes con todo por decidir
El calor dio un respiro a los participantes en la Vuelta Ciclista a Segovia. Las temperaturas no fueron tan asfixiantes como en la primera jornada y el mayor obstáculo esta vez fue el viento, que primero sopló de cara, después de costado y finalmente a favor de la marcha de los corredores, que notaron la fatiga de la etapa inaugural y aun así plantearon batalla desde el principio.
Partía como líder Jon Ander Insausti. Todavía no sabía que al finalizar la jornada iba a ceder el maillot azul de primer clasificado de la general a un compañero suyo de equipo.
Pero, antes, la carrera iba a dar muchas vueltas. Desde el principio hubo movimiento con el objetivo de mover al pelotón. Un grupo de cuatro corredores se escapó nada más salir, pero apenas aguantaron hasta el kilómetro 15, momento en el que otros doce se animaron a probar. No lo tuvo fácil el equipo del líder, ni el resto de favoritos, para controlar la carrera. Cada escapada que era abortada daba paso a nuevos intentos de sorprender. Antes ni siquiera de que se hubiera alcanzado el ecuador del recorrido, tres corredores llegaron a disponer de una ventaja de más de dos minutos respecto al grupo principal. Lo mejor, sin embargo, estaba todavía por suceder sobre la carretera.
Manuel Jiménez (equipo Citroën Álvaro) y Cristian Ríos (Tunja-Proactiva-Irdet) se marcharon en solitario en el kilómetro 80 y ofrecieron un precioso espectáculo en la zona de Navas de Oro y Nava de la Asunción. El colombiano Ríos dio el hachazo y puso la directa hacia el triunfo. Lo tuvo cerca después de disponer de una ventaja de casi dos minutos y medio a quince kilómetros para el final. Sin embargo, por detrás nadie estaba por la labor de rendirse. Los movimientos fueron constantes y por detrás del cabeza de carrera circulaban dos corredores, otro grupo con cuatro y el pelotón principal.
La emoción iba a durar hasta el final y ni siquiera el vencedor de la etapa fue consciente de su éxito al cruzar la línea de meta. Pasado Garcillán, a unos seis kilómetros para el final, Rubén Sánchez (Autronic-Vigués) y Cristian Cañada (Mutua Levante-Cafemax) consiguieron enlazar con Cristian Ríos y se creyeron firmes candidatos a la victoria en la etapa. Lo que no sabían en ese momento era que por detrás no habían aminorado en absoluto la marcha y todavía querían dar una última réplica.
La última discusión de la carrera se libró en el empedrado de la Cuesta de los Hoyos, lugar en el que los tres escapados fueron absorbidos por un pelotón que llegaba con el cuchillo entre los dientes. El más inteligente resultó ser Ángel Vallejo (Frío Julymar), que después de haber sido tercero en los pasados días en la prueba en línea del Campeonato de España, sigue todavía hambriento en Segovia. Su sed de triunfos se confirmó con el cambio de ritmo que realizó en la Cuesta de los Hoyos y que le valió para hacerse con el triunfo en la etapa.
A cuatro segundos del abulense entró Cristian Cañada, mientras que el grupo principal apareció en la meta comandado por Unai Iparragirre (Bidelan-Kirolgi), nuevo líder de la Vuelta a Segovia. Tendrá que confirmar su triunfo en la última etapa de la ronda, que se celebra hoy desde las 10:45 horas, sobre un recorrido de 124 kilómetros.
«No sabía que había ganado», confiesa el ganador de la segunda etapa
Ángel Vallejo cruzó la línea de meta con cuatro segundos de ventaja respecto a su más inmediato perseguidor, Cristian Cañada, pero ni siquiera alzó los brazos a su paso junto al restaurante Atenas.
El corredor abulense confesó después que no sabía que había ganado. «Y si no estoy seguro, no suelto los brazos del manillar», señaló en la ceremonia de podio. Los continuos vaivenes en la cabeza de la carrera provocaron que los propios corredores no supieran bien cuál era la situación real en la prueba.
El ganador de la segunda etapa de la Vuelta a Segovia reconoció que el cansancio acumulado del día anterior había condicionado al pelotón. «Ha habido muchos ataques», resumió Ángel Vallejo, «pero ha estado todo más controlado porque ayer (por el miércoles) terminamos muy cansados. Hemos guardado fuerzas». Sopló el viento ayer, pero no fue suficiente para que hubiera abanicos, según el ciclista abulense, que valoró también lo que les espera hoy. «La tercera etapa es la reina de esta ronda. Es un recorrido bastante duro y pestoso», concluyó.
Fuente: www.elnortedecastilla.es