El cuerpo de Francisco Javier García Liras llegó ayer por la noche al tanatorio San Juan de la Cruz
La parroquia del Santo Cristo del Mercado acogerá este sábado, a las 11 horas, el funeral por el joven segoviano de 27 años fallecido en el accidente ferroviario de Santiago de Compostela.
El cuerpo del joven, Francisco Javier García Liras, que ejercía como veterinario, llegó ayer por la noche al tanatorio San Juan de la Cruz, ubicado en la capital segoviana, hasta donde se ha trasladado la familia esta mañana.
Los restos serán incinerados tras el funeral, a las 12 horas, en el crematorio Santa Teresa. La misa de privilegio tendrá lugar por la tarde en la Iglesia del Cristo.
Según el testimonio de un familiar recogido por varios medios de comunicación, el joven tenía previsto pasar unos días de vacaciones con motivo de la festividad de Santiago con un compañero de carrera, afirma Europa Press. Aunque dudó hasta el último momento en viajar en avión, finalmente optó por el tren.
«Era súper buen chico», comenta una de las vecinas de Francisco Javier García Liras minutos después de que se confirmara que este joven segoviano de 27 años se encontraba entre las víctimas del accidente ferroviario de Santiago de Compostela. Curro, que así era como era conocido Francisco Javier, era un chico muy conocido en Segovia, sobre todo en los barrios de San José y el Cristo del Mercado, en el corazón de los cuales está ubicada la vivienda familiar. También en el instituto Giner de los Ríos, muy cerca de su casa, donde cursó sus estudios.
Un familiar suyo pedía ayuda a primera hora de la mañana de ayer a través de Twitter para encontrar a Curro, que el día antes había tomado el Alvia con destino Ferrol para pasar unos días de vacaciones. Pasaban las horas tras el accidente y se seguía sin conocer el paradero de este joven veterinario, licenciado por la Universidad Complutense de Madrid, donde tenía un trabajo. Sus padres se desplazaron en la misma noche del miércoles a Santiago de Compostela y allí conocieron ayer que se había confirmado el peor de los desenlaces posibles: Francisco Javier había fallecido en el tren. Hijo de dos trabajadores de Caja Segovia que actualmente desempeñan sus funciones en Bankia en Madrid, este joven segoviano tenía un hermano más pequeño.
La noticia de su fallecimiento conmocionó Segovia, donde el Ayuntamiento ya había decretado que las banderas ondearan a media asta durante tres días en todos los edificios municipales. Los empleados del Consistorio, como los del resto de oficinas de las administraciones públicas de la capital, se concentraron a las doce del mediodía para mostrar su dolor por las víctimas y su solidaridad y apoyo a todos los heridos y familiares del trágico accidente. Entonces ya se sabía que uno de los pasajeros que se había montado en el tren en Guiomar el día anterior era Iago Sánchez Fafián, un joven gallego de 24 años que se dirigía a su tierra. En Segovia hace prácticas desde este mes en la Concejalía de Cultura. Licenciado en Comunicación Audiovisual, Iago había realizado su trabajo fin de máster (de Gestión Cultural) sobre el proyecto del centro de creación de la antigua cárcel y había solicitado realizar prácticas en el departamento de Cultura de la ciudad.
Angustia
Conocidos suyos en la capital segoviana manifestaron ayer por la mañana –de nuevo a través de las redes sociales– su «angustia» al conocer que se encontraba en el tren Alvia siniestrado. Sin conocer noticias sobre su estado desde hacía horas, la incertidumbre aumentaba al comprobar que su última conexión al servicio de mensajería instantánea ‘Whatsapp’ se registró a las 20:46 horas, exactamente cinco minutos después del siniestro.
Por suerte, las noticias que llegaron después fueron positivas. Iago se encuentra ingresado en la planta de traumatología del Hospital de La Coruña fuera de peligro, según confirmaron fuentes del centro a la agencia Ical. Tras ser hospitalizado de urgencia en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), el joven fue trasladado a la capital coruñesa, de donde procede. La edil de Cultura, Clara Luquero, tuvo la oportunidad de hablar con su familia y confirmar que tenía fracturada una pierna y sufría contusiones. Iago fue una de las seis personas que se subieron a aquel tren en Guiomar, según el jefe de estación, aunque solo dos de ellas, de acuerdo a la información, facilitada por Renfe, se encontraban en el ferrocarril en el momento del accidente.
Fuente: www.elnortedecastilla.es