Hoy en día, estamos viviendo una auténtica revolución en números ámbitos de nuestra sociedad. El ser humano está viviendo en una época de numerosos avances en el sector de la tecnología, la educación, la salud y la medicina.
Desde muy pequeño siempre experimenté gran curiosidad y apertura a cualquier ámbito de la vida, sin que los conceptos ni las creencias que nos inculcan desde pequeñitos en nuestro ámbito socio-cultural, fuesen un límite que marcara mi experiencia de vida.
Siempre he sido una persona muy activa, con ganas de evolucionar a través del compartir con otros seres humanos y de experimentar por mí mismo aquello por lo cual me he sentido atraído.
Siempre he sido un gran apasionado del trabajo y la realización de proyectos, y de observar así mismo los resultados que éstos aportan a las personas.
Sin embargo, siempre es necesario disponer de tiempo para uno mismo, para relajarse y reconectar, y debido a ese pensamiento llegué al ámbito de las terapias alternativas o complementarias.
Después de haber probado distintas disciplinas, un día me recomendaron probar el “Reiki”, una técnica de origen japonés de sanación natural para devolver el equilibro entre cuerpo y mente. Desde el principio me vi asombrado de los increíbles resultados que me aportaba recibir una sesión de imposición de manos, reducía por completo cualquier sintomatología de estrés, ansiedad o preocupaciones.
Una gran curiosidad se despertó dentro de mí por lo que decidí no solo recibir sesiones, sino aprender y experimentar por mí mismo que era Reiki.
Así fue como conocí a Pablo Moraga , Instructor y Maestro en ésta disciplina desde hace más de 15 años.
El pasado Agosto decidí abrirme a ésta una nueva experiencia y realicé el Primer Nivel de Reiki en la Escuela Reiki-Do Madrid en la cual Pablo Moraga imparte cursos mensualmente.
Pude recordar cómo cada vez que tenemos una dolencia, nuestras manos van a ese lugar atraídas como imanes para acompañar esa molestia.
Para mi sorpresa, descubrí que Reiki no solo es una técnica de sanación natural, sino que es un sistema completamente enfocado al crecimiento personal del individuo, donde la sanación es una consecuencia de un mayor control sobre nuestros pensamientos, palabras y acciones.
Es una apertura a un nuevo enfoque de vida, dónde te permites vivir más consciente del verdadero anhelo que todos los seres humanos compartimos, que no es otro que sentir felicidad y plenitud cada día de nuestras vidas. Ahora toca practicar, y quien sabe, quizás me aventure a realizar el segundo nivel de Reiki en poco tiempo.