Sergio Arribas / El Adelantado de Segovia
Usted ha negado que su anuncio de dimisión del equipo de Gobierno —que después se convirtió en cese—, a raíz de las discrepancias sobre el polideportivo Peñascal, fuera fruto de un ‘calentón’. ¿Qué les diría a quienes piensan eso y no que fue una decisión meditada, como usted defiende?
R.— Hace dos años empezamos a tener problemas dentro del PSOE, que provocaron el distanciamiento entre diferentes miembros del equipo de Gobierno. Nunca entendí la operación para quitarme de presidente del PSOE local. Juan Luis Gordo sabía que Pedro Arahuetes iba a dejar la Alcaldía. Quería tener atado el proceso de sucesión y para él yo no era la persona indicada para llevarlo a cabo y por eso, junto con su amigo Alfonso Reguera, plantearon una estrategia de derrocamiento dentro del PSOE local. Ahí surgen los problemas entre los miembros del equipo de Gobierno y, fundamentalmente, entre Reguera y yo.
P.—Es claro que ahí surgió el distanciamiento que tiene con Reguera. Pero la sucesora ha sido Clara Luquero y no el propio Reguera.
R.—Bien. Pero creo que la idea de Gordo no era que Luquero fuera la sucesora de Arahuetes, sino que fuera Reguera mediante un proceso de primarias; y para que fuese controlado tenía que derrocar la bicefalia del PSOE local y luego hacer unas primarias express, como hizo Susana Díez en Andalucía. Yo no me presento a la segunda reelección y Reguera es elegido como secretario general del PSOE local.
P.—¿Cómo derivó esta pugna en el PSOE local en sus relaciones con su compañero de equipo de Gobierno Alfonso Reguera?
R.—Hemos estado durante más de un año sin hablarnos. Los problemas del PSOE afectaron al equipo de Gobierno.
P.—Si no recuerdo mal, aquel nuevo proceso de elección del secretario general del PSOE local se produjo en febrero de 2013. ¿Y qué hizo el entonces alcalde Pedro Arahuetes?
R.—Puso muchísimo sentido común para solucionar el problema. En ese equipo de Gobierno había más gente que quería ser alcalde, no solo Alfonso Reguera. También el señor Javier Giráldez. Se atisbaba que podia haber una sucesión y todo el mundo se posicionaba.
P.—¿Y usted no aspiraba a ello?.
R.—No, nunca me postulé, creo que fue muy coherente. Dije que si Arahuetes no quería continuar, teniamos que hacer un proceso de reflexión entre todas las partes, no solo el partido, sino de los independientes dentro del equipo de Gobierno y de las nuevas corrientes de opinión que se estaban generando dentro del partido.
P.—¿Pero realmente cree que el señor Reguera quería ser alcalde?
R.— Gordo lo ha dicho muchas veces a nivel interno. Todo el mundo se estaba movilizando para que el candidato fuese Reguera.
P.—Pero ha sido Luquero…
R.—.Luquero es fruto de un importante consenso y cuando toma posesión la apoyamos todos. En su día yo siempre pensé que podía ser buena sustituta de Arahuetes. Una vez elegida, antes y después de tomar posesión como alcaldesa, yo me reuní varias veces con ella para contarle mi visión de lo que sucedía dentro del partido, que ella no lo estaba viviendo.
P.—¿Le comentó que, según su versión, otros compañeros ansiaban el sillón de Alcaldía?
R.—Creo que intuía algo, pero no tenía conocimiento explícito de los movimientos entre bambalinas que se están produciendo dentro del partido y del equipo de Gobierno. Es cierto que Luquero me escucha, que llega a comprender que tiene que tener mucha calma y otra visión. Y ya le dije que me estaban buscando las cosquillas desde dentro del partido desde hace mucho tiempo, que yo tengo líneas éticas y de entender la política que no iba a cruzar. Y que el trabajo que yo hago de cara a la ciudadanía necesita un respaldo. Hay gente que no piensa apoyarme, sino todo lo contrario, y le pido a Luquero que me arrope dentro del equipo de Gobierno.
R.—Usted dice que se ha sentido desautorizado… ¿Insinúa que por la influencia que ha podido tener el señor Reguera en la alcaldesa y en el resto de compañeros?
R.—Por supuesto. Ya lo hizo para quitarme de presidente del PSOE local.
P.—¿No cree lógico que Luquero, afiliada del PSOE, puede tener más en cuenta la opinión del partido de lo que lo hizo su antecesor?
R.—Creo que si Pedro Arahuetes hubiese seguido siendo alcalde esto no hubiese ocurrido.
P.—¿Ha hablado con Arahuetes después del episodio que concluye con su cese o revocación?
R.—Sí. pero no habló de conversaciones privadas. Lo que haya hablado con él no lo voy a desvelar.
P.—Con independencia de la ‘guerra’ en el PSOE, ¿cuándo surge realmente la primera discrepancia importante en el equipo de Gobierno?
R.— Fue en agosto por el tema del polideportivo Peñascal. Fue una discrepancia entre Claudia de Santos y yo. Yo digo una cosa, ella otra —en rueda de prensa— y yo remato. Se apaga el fuego ahí. Me llevó la contraria con el tema del Peñascal encomendándose a ella misma.
P.—¿Tampoco se lleva bien con De Santos?
R.—(Silencio). Aquí presentó yo mi primera dimisión, por correo electrónico a todos los miembros del equipo de Gobierno. Les digo que no se puede utilizar la oportunidad de salir en una rueda de prensa como alcaldesa accidental para pagar cuentas pendientes con miembros del equipo de Gobierno. Ella y yo no nos hablabamos. Hacerlo público me pareció muy triste. En el correo les digo a mis compañeros que, en coherencia, yo no puedo trabajar en un equipo con una persona así. Aquí digo que uno de los dos tiene que abandonar el equipo de Gobierno.
P.—¿Y que dijo Luquero?
R.—Estaba de vacaciones y cuando vuelve intenta templar las gaitas. Tengo una reunión con ella y la avisó que me está resultando difícil, que los pactos a los que llegamos en su momento, al inicio de su mandato, se estaban incumpliendo; que cada vez me encuentro más a disgusto.
P.—¿De qué pactos habla?
R.—El pacto de que el PSOE no iba a tomar decisiones. Que las tenía que tomar el equipo de Gobierno, donde había independientes.
P.—Que no se le impusiera a usted lo que tenía que hacer dentro de su Concejalía…
R.—Que no se tomarán decisiones en el PSOE sobre la vida interna del equipo de Gobierno. Clara me dice que esté tranquilo y yo la digo que si esto sigue así que no cuente conmigo en las siguientes elecciones de ninguna manera. Que si cuenta con gente como Claudia (De Santos) o Alfonso (Reguera) que sería muy difícil que yo estuviera en una lista con ellos. Me dice que esté tranquilo, que el PSOE está poniendo problemas conmigo, pero que le gusta como trabajo. Además me dice que Claudia de Santos no va a continuar como concejala. Que se estaba comportando muy mal dentro de la Concejalía y con ella misma, y que esté tranquilo.
R.— Pero no da la sensación de que existan malas relaciones entre la alcaldesa y De Santos ¿Le dijo que De Santos no iba a continuar?
R.—Que la daba igual, que había tenido una conducta impropia como concejala. Que estaba más fuera de Segovia que dentro.
P.—¿Le dice para tranquilizarle que le va a incluir en la lista de las próximas elecciones?
R.—No hablamos de eso. Luego si que hay una reunión posterior, en septiembre, y la comunicó que, definitivamente, que con ella y con esta lista que no voy a ir y que me estoy planteamiento seriamente dejar el partido al acabar la legislatura. Lo único que la pido es acabar lo mejor posible y me ofrezco a buscar una persona del mundo deportivo como sustituto. Le pido que esa conversación no se la trasladen al partido ni a Gordo para que no tomen represalias contra mí. No quería hacerlo público porque no quería montar un escándalo.
P.—Y en noviembre surgen luego las discrepancias sobre el Peñascal..
R.—Me reúno con los padres, vecinos, empresa, dirección facultativa, la Junta.. Y le hago una serie de observaciones a Clara Luquero. Le digo que la Junta ha cometido un error de gestión y otro de comunicación. Ella me dice que no quiere problemas con la Junta, que tiene una visión de las cosas distinta a la de Pedro, y que no la importa ceder para que el clima de tensión baje. Yo la digo que es venderse al clientelismo de la Junta y que yo por ahí no voy a pasar. Y que si continúa en esa dirección, yo abandono el equipo de Gobierno. La alcaldesa me desautoriza públicamente el día antes del pleno. El pleno es el día 28 pero el 26, miércoles, hay un consejo escolar y luego una reunión del equipo de Gobierno. Ese día yo presento mi segunda dimisión. Y lo hago después de acabar la reunión del equipo de Gobierno donde no siento el apoyo y respaldo a toda mi gestión hecha en el Peñascal. No siento su confianza. Nadie se iba a enfrentar a la alcaldesa, salvo Javier Arranz que está un poco loco. Les dije que por favor me quitara de la comisión paritaria y del consejo escolar porque yo esa postura no la iba a defender. Por llevarme bien con la Junta no iba a dejar de decir la verdad.
P.—¿Y cómo presenta su dimisión?
R.—Por un sms que mandó a Clara Luquero. Me responde diciéndome que recapacite. Al día siguiente, jueves, hablamos y pactamos una tregua hasta la reunión que estaba prevista el lunes con los vecinos y que si abrimos nuevas posibilidades podemos ambos aflojar nuestras posturas. Pero hace unas declaraciones maravillosas a EL ADELANTADO, manteniendo la postura del miércoles y no la que habla conmigo el jueves, y ya no tenía que esperar más. Pensé que no pintaba ya nada.
P.—Y luego sucede el episodio del pleno el día 28..
R.—Es así. Si yo no creo en una postura, lo mejor que puedo hacer es dimitir.
Tras el pleno, el fin de semana intentamos acercar posturas, pero hay terceras personas que son del PSOE no quieren, de ninguna manera, que esto se solucione. El día 1 hay una reunión con los vecinos. Cuando acabamos nos fuimos a tomar un café la alcaldesa, Blanca Valverde y yo; las personas que llevamos diez años en el Ayuntamiento. Esa noche se acuerda que yo haga una rueda de prensa donde digo que he dimitido, no puedo decir lo contrario, y es lo que hago. Yo la convoco para hablar del Peñascal pero el interés de los periodistas fue hablar de mi dimisión. La idea era explicar que había cuatro posibilidades de solución para El Peñascal y que cuando me preguntaran por la dimisión, decir la verdad, que yo la había presentado. Se dijo que íbamos a intentar recapacitar sobre el Peñascal. Si la alcaldesa rechazaba la dimisión, yo continuaba sin problemas.
P.—¿Y qué ocurre entre la rueda de prensa y el cese, que se produce esa misma noche?
R.— Pues que hay terceras personas que no les interesa que se reconduzca la situación, porque lo quieren es aprovechar para cobrarse todas las cuentas pendientes conmigo.
P.—Usted cree entonces que han medrado para provocar su marcha…
R.—Ellos se pensaban que iba a marcharme con las orejas gachas. Y no se imaginan lo que va a venir ahora.
P.—¿Cómo recibe la noticia de la revocación de funciones?
R.—Era una posibilidad, pero no lo esperaba. No era lo hablado ni lo pactado. La alcaldesa no ha cumplido varios de los acuerdos que alcanzó conmigo en todo este tiempo.
P.—¿Es la alcaldesa, desde su punto de vista, influenciable?
R.— Completamente. Clara Luquero como concejala de Cultura, un 9, espectacular, una trayectoria impecable. Es una magnífica persona. Pero desde que ha tomado posesión como alcaldesa, ha ido a la deriva, influenciándose por gente, que no le ha venido bien.
P.—¿Por qué utiliza Internet, su página web y su perfil de Facebook para lanzar sus mensajes?
R.—Es un medio de comunicación como cualquier otro. En Twitter tengo más de 25.000 seguidores y mi página web contabiliza más de 5.000 personas que la han visitado.
P.—¿Por qué no ha dado rueda de prensa después? ¿Teme enfrentarse a las preguntas de los periodistas? En su muro de Facebook se ven muy pocas opiniones negativas hacia usted…
R.—Yo tengo una normativa. Cuando alguien falta a la verdad o insulta o falta el respeto, le borro, por ética. Y cuando lo hace varias veces seguidas, bloquearle. Creo que son lógicas. ¿Qué por qué no hago una rueda de prensa?. En la última que tuve los periodistas me dijisteis que no salisteis suficientemente satisfechos con la información que di.
P.—¿Y por qué no relató en aquella rueda de prensa lo que está contando ahora? ¿Esperaba una marcha atrás o rectificación de la alcaldesa?
R.—Al 90% de posibilidades creía que Clara Luquero iba a rechazar esa dimisión. Sinceramente, pensaba que iban a rechazar mi dimisión.
P.—El acta de concejal es suya y, como ya ha comentado, no piensa renunciar a ella.
Lo dice la ley. Es mía.
P.—Pero, ¿no cree que hay ciudadanos que votaron a la lista del PSOE y no a Javier Arranz? ¿La va a mantener hasta el final del mandato?
R.—La ley dice que para concurrir a cualquier proceso electoral tienes que formar parte o estar amparado por un partido político. Pero el acta es propio y yo he sentido mucho calor, en la calle, en las redes sociales. La gente me pide que no dejara el acta de concejal. Muchos me han dicho que si lo dejara, se sentirían abandonados. Voy a mantener acta de concejal hasta final de legislatura en base a mi coherencia y mis principios.
P.—¿Podría acudir a las elecciones con otra formación o plataforma ciudadana?
R.—A día de hoy lo que me preocupa son los Presupuestos.
P.—¿Ha tenido contactos con algún partido?
R.—Mi forma de trabajar le ha gustado a mucha gente.
P.—A nivel personal ¿Ha regresado a su puesto de trabajo?
R.—En breve me incorporaré a mi puesto de trabajo, en un centro de menores, de ejecución de medidas judiciales, de la Comunidad de Madrid.
P.—¿Va incordiar mucho?
R.— Lo que los ciudadanos quieran.
«Abandonaré el Grupo Socialista»
P.—¿Abandonará el Grupo Socialista?
R.—Me he sentido defraudado. Siempre habíamos funcionado como equipo de Gobierno, pero nunca como grupo municipal socialista. He solicitado por correo electrónico que me pasen los estatutos y el presupuesto del grupo socialista.
P.—Usted sabe perfectamente que ningún grupo municipal se rige por unos estatutos
R.—Hablé con la Secretaria General para pedirla un informe al respecto. Pero me remitió a hablar directamente con ellos. He solicitado documentación, para saber qué normativa y disciplina tienen. Como no he obtenido ningún tipo de respuesta, a la vista está de la desconfianza mutua que se ha generado estos últimos días, pues he decidido abandonar el Grupo Socialista.
P.—Un solo concejal no adscrito no tiene derecho a obtener recursos para trabajar.
R.—Yo lo pediré. Pero no me importa. Yo he tomado una decisión en función de unos principios y una lealtad a esta ciudad, a la gente que me ha votado y lucharé por los ciudadanos. Y lo haré donde esté a gusto. Presentaré el lunes el escrito por registro.
P.—Usted ha comentado que obrará en los plenos en función de la opinión que le den los ciudadanos por Internet. La alcaldesa ya ha comentado que este sistema on line no ofrece ninguna garantía.
R.— Este método tiene bastantes más garantías que la recogida de firmas para rechazar el Palacio de Congresos de la Diputación. Y en aquel momento a Clara Luquero la vi decir que los segovianos lo habían rechazado y que el Ayuntamiento iba a litigar en base a esas 13.131 firmas. Mi cuestionario cumple la ley de protección de datos, no va a permitir que ningún ciudadano pueda votar dos veces..
P.—Ya se ha detectado que tiene fallos.
R.— ¿Cómo?¿Han pirateado mi web?. Yo utilizo una herramienta, un algoritmo, para saber si el DNI es verdadero o falso y en base a esos criterios puede haber un margen de error que será siempre inferior a la recogida de firmas del Palacio de Congresos . Voy a hacer la prueba piloto con el tema de los Presupuestos. A día de hoy, utilizando el algoritmo, quitando la gente que ha votado doble, hay 400 votos válidos. En menos de 48 horas, la respuesta es exitosa. Gustará más o menos. Yo he lanzado a la ciudadanía un compromiso de que el resultado de la validez de todos los votos será lo que decida en ese pleno. Voy a gobernar obedeciendo a la ciudadanía.
P.—¿Y si, por ejemplo, votan simpatizantes del PP para hacer daño al Gobierno socialista? ¿No contempla esta posibilidad?
R.— Son ciudadanos igual que todos.
P.—¿Ha descartado alinearse con el PP?
R.—Yo descarto alinearme con los viejos partidos de la transición del 78. Yo quiero alinearme con la ciudadanía y la regeneración democrática.
Nacho Saez \ El Norte de Castilla Edicion de Segovia
Desde que el pasado 2 de diciembre fue revocado por la alcaldesa, Clara Luquero, de sus funciones como concejal de Deportes, Javier Arranz ha utilizado Facebook para ir desvelando sus intenciones. Hasta ahora, sin embargo, no se había sentado a hablar de las causas que motivaron su traumática salida del Gobierno municipal.
–¿Cuántas horas pasa conectado al Facebook desde que fue revocado de sus funciones el pasado 2 de diciembre?
–Pues sorprendentemente menos que antes porque ahora tengo más tiempo para mi familia, para ordenarme mi vida privada, también he estado muy pendiente del pabellón de El Peñascal… Es una forma de comunicarme con los ciudadanos. Completa algo que yo ya tenía que era estar diariamente en la calle con la gente.
–Las intenciones que anuncia como pildoritas en su perfil, ¿son parte de una estrategia o impulsos?
–No, yo creo que la vida política es como una partida de ajedrez; nunca sabes el movimiento que vas a dar hasta ver cómo se mueven los demás. Lo que estoy haciendo son movimientos de ajedrez con unas normas, con una coherencia, con una ética y con unos principios y unos valores. Igual que en el ajedrez hay unas normas, en la vida las hay y yo no me las voy a saltar. No he cruzado esa frontera.
–Hay quien piensa que usted de aquí a las elecciones municipales de mayo se va a vengar de Clara Luquero y del PSOE.
–Quien piense eso es tan mezquino como la palabra venganza. Están intentando hacer ver que soy joven, que soy inmaduro, pero llevo diez años en la gestión pública y ahí está mi página web para quien quiera ver mi biografía. En el fondo les da miedo la nueva hornada de gente que se dedica a la política y que quiere cambiar este país; que quiere que los ciudadanos participen y que opinen. Como en mi web, por la que han pasado estos días más de 1.000 usuarios únicos diferentes y donde ya he recibido 400 votos válidos. El miedo no es a Javi Arranz; el miedo es a lo que va a pasar en este país en muy poco tiempo.
–¿No teme que se imponga la opinión de los que creen que es un inmaduro y que esto empañe su labor de estos años al frente de la Concejalía de Deportes?
–Es una estrategia que tienen ellos y están moviendo sus fichas para que eso se produzca, pero confío mucho en la ciudadanía, que es mucho más inteligente de lo que ellos quieren hacer ver. Creo que los partidos tradicionales, los de la Transición del 78, tienen las horas contadas si no cambian. No me voy a dejar amedrentar. No creo que nadie encuentre a lo largo de mi trayectoria política algo diferente a lo que estoy haciendo ahora.
–¿Ha vuelto a hablar con la alcaldesa?
–No. No hablo con una persona que no ha cumplido su palabra en diversas ocasiones. Hay muy pocas cosas que hacer salvo esperar a que me pida disculpas por todo lo que ha pasado.
–¿Y con alguna otra persona del equipo de Gobierno?
–Sí. He tenido conversaciones con diferentes concejales. Lo que pasa es que en situaciones de estas la gente tiene mucho miedo y hay unas elecciones muy próximas. Todos sabemos cómo funcionan los partidos por dentro. La gente mira mucho sus lentejas.
–¿Esos concejales con los que ha hablado le apoyan?
–Yo tengo una relación contundente con toda la gente. Soy muy sincero y quiero que la gente lo sea conmigo. Es cierto que en ese equipo de Gobierno mayoritariamente opinan como la alcaldesa, pero hay gente, no una sino más de dos personas, que no están de acuerdo con lo que ha pasado y que creen que en el fondo yo llevo razón; aunque opinan que las formas deberían haber sido otras. Yo les digo que las formas son las mismas que he tenido durante estos diez años. Si antes eran buenas, no sé por qué ahora son malas. No me merecía una salida así. He intentado por todos mis medios que esto no terminara así.
–¿Hay unión en el equipo de Gobierno municipal?
–Ese equipo de Gobierno tiene un problema grande desde hace tiempo y ha explotado por aquí como podía haber explotado por otro lado. No hay unión ni respeto entre compañeros y se ha visto a lo largo del tiempo. A mí, de un tiempo a esta parte, determinados compañeros no paraban de hacerme perrerías. Lo que se llama ‘mobbing’ político.
–¿La desunión era solo por usted?
–No, hay más elementos de desunión. Pero yo no vengo aquí a escenificar los problemas de otras personas, que tarde o pronto acabarán saliendo.
–¿Cuántos de los concejales del equipo de Gobierno van a estar en la lista del PSOE en las próximas elecciones municipales?
–Menos de la mitad.
–¿Por cuestiones personales de cada uno de ellos o por motivos políticos?
–Por motivos políticos.
–¿Había más unión dentro del equipo de Gobierno con Arahuetes?
–Había los mismos problemas que ahora, pero Arahuetes tenía otra forma de entenderlos y resolverlos. Creo que Clara Luquero ha sido una magnífica persona, una magnífica concejala de Cultura, pero empezó siendo alcaldesa con un 5, subió a un 6 y una serie de decisiones le han bajado al 4. Para mí, a día de hoy ha suspendido como alcaldesa y ha sido un rotundo fracaso.
–¿Cuándo empiezan las discrepancias con usted?
–Me derrocaron de la agrupación local del PSOE porque Gordo y Reguera sabían que Arahuetes podía dejar la Alcaldía en breve y querían asegurarse unas primarias ‘exprés’ para que nadie se pudiera presentar. En el equipo de Gobierno no solo Reguera quería ser alcalde; también lo quería Javier Giráldez y creían que yo también, aunque yo no me había pronunciado. Siempre dije que si queríamos volver a la época de los cinco concejales que pusiésemos a Reguera, que era el candidato de Gordo. Siempre pensé que Clara Luquero podía ser una firme sustituta. Desde entonces, el partido no ha cesado de ir a por mí en una operación política del señor Gordo de magnitud insospechada. Yo me he resistido como he podido y si Arahuetes siguiera siendo alcalde yo seguiría siendo concejal de Deportes.
–¿Había amenazado con dimitir antes de esta última vez?
–Sí, en agosto presenté mi primera dimisión después de que Claudia de Santos me desautorizara en público en el tema de El Peñascal. Era la segunda vez que me traicionaba un miembro del equipo de Gobierno. Con esto se descarta que lo de esta vez fuera fruto de un calentón. Cuando regresó de sus vacaciones, le dije a Clara que yo no podía seguir con Alfonso Reguera y Claudia de Santos y ella me dijo que estuviera tranquilo, que si era por Claudia, que Claudia no iba a estar en la siguiente lista; que está todo el día viajando; que no le gusta su gestión; y que le estaba haciendo muchas perrerías dentro de la Concejalía de Turismo. Yo la dije que podríamos hablar pero que probablemente, cuando acabara esta legislatura, yo no iba a continuar. Me dijo que le gustaba cómo trabajaba pero que el partido quería quitarme de en medio. En septiembre al ver que esto no evolucionaba yo le dije que no iba a ir en las próximas listas y que seguramente dejaría el PSOE.
–Y así desembocamos en el 28 de noviembre, día que presenta la dimisión en el pleno.
–Dos días antes, el día 26, después de una reunión del equipo de Gobierno en la que no se apoyó mi postura sobre El Peñascal, le dije a la alcaldesa por un SMS que presentaba mi dimisión por segunda vez. Ella me emplaza a una reunión al día siguiente y en ella acordamos que nos damos de plazo hasta el lunes para buscar una solución al tema de El Peñascal. Pero ella hace declaraciones en un medio sobre esta cuestión y yo las leo antes de ir al pleno. Incumple lo que habíamos planteado, me siento decepcionado y es cuando decido dimitir.
–¿Por qué luego no consiguen reconducir la situación?
–Después de la reunión del lunes con los vecinos de El Peñascal, se produce una reunión entre Clara, Blanca [Valverde, la concejala de Participación Ciudadana] y yo, que somos los que llevamos diez años. Yo cedí parte y Clara cedió parte. En la rueda de prensa del martes por la mañana no me iba a retractar, porque no podía, sino que iba a hablar el tema de El Peñascal e iba a intentar esquivar el tema de la dimisión. Los medios se ceban con el tema de la dimisión, pero yo no dije nada que previamente no hubiera acordado en la reunión de la noche anterior con Clara y Blanca. Clara me dijo que iba a rechazar mi dimisión. Habría sido la salida más adecuada.
–¿Que cree que sucedió para que la alcaldesa se saltase ese pacto?
–Creo que influyeron terceras personas, fundamentalmente el partido, donde aprovecharon para cobrarme todas las cuentas que tenían pendientes. Fue una decisión muy poco meditada y un error. Cuando Clara se convirtió en alcaldesa, solo le pedí que no dejara que el PSOE interviniera en el equipo de Gobierno. Y lo incumplió. El partido empezó a manejar a Clara Luquero y Gordo, a través de Reguera, empezó a imponer su ley en el equipo de Gobierno y a intentar llevarse por delante toda la época de Arahuetes y dejar mal todo el trabajo de diez años. Yo dije que por ahí no iba a pasar. Si los asesores de Clara son Reguera y Gordo, le queda muy poco de alcaldesa.
«He decidido seguir como concejal no adscrito libre»
–¿Medió Arahuetes entre la alcaldesa y usted?
–Digamos que yo con Arahuetes tengo conversaciones todas las semanas, porque practico deporte con él, y siempre que tengo una decisión importante que tomar, la consulto con la gente que sabe. Como en este caso lo era, sí que le consulté. Pero las conversaciones con Arahuetes permítame que las mantenga en privado.
–Hay quien dice que Arahuetes y usted se van a presentar juntos a las próximas municipales.
–Ojalá que Arahuetes volviera a la política. Sería muy divertido y muy beneficioso para la humanidad. Hoy en día se necesita gente con garra, ganas, con esa mirada, y sobran los partidos políticos.
–¿Pero han hablado algo?
–No, no.
–¿Y usted se ha reincorporado ya al trabajo que tenía antes?
–Estoy en ello. No es una cosa que sea automática. Estoy en excedencia forzosa en un centro de menores de la Comunidad de Madrid, donde he prestado servicio desde 2002. Previamente estuve un año o dos en la Comunidad Valenciana. He estado nueve años trabajando; algunos compaginándolos con mi actividad de concejal. Antes, desde los 16, he estado trabajando de monitor; y solo estos tres últimos años he estado liberado y con un sueldo en la Concejalía de Deportes.
–¿Cuántas propuestas ha recibido de otros partidos?
–Muchas. Y a todos les he dicho lo mismo; que era concejal por un partido y que militaba en un partido. A día hoy ni soy militante del PSOE ni voy a estar dentro del grupo municipal socialista. He decidido dejarlo y ser un concejal no adscrito libre y con plena capacidad. Está siendo un divorcio duro pero no sangriento. Espero que no se complique. Voy a escuchar todas las propuestas sinceras y sensatas que me lleguen, pero tampoco me voy a volver loco. No tengo ningún objetivo de ser concejal ni de presentarme a nada. Quiero que Segovia y que mi país vayan mejor. He colmado mis expectativas, que eran ser concejal de Deportes, y si encuentro alguna motivación y la gente quiere que esté, estaré. Pero con la humildad de saber que tampoco necesito esto, porque tengo mi trabajo y además he recibido muchas propuestas laborales.
–¿Le aconsejan sus allegados que deje la política?
–Tienen una sensación agridulce. Creen que me merezco salir por la puerta grande y yo les he dicho, como ese refrán que no sé si es de los indios, que si esto no acaba bien, es que esto no ha acabado. Acabará bien porque alguna tenemos sensibilidad por la política, que no es otra cosa que intentar mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
–¿Descarta completamente volver al PSOE en un futuro?
–Tendría que experimentar un cambio tan brutal… Y yo no le deseo eso al PSOE. No les deseo a Pedro Sánchez, a Juan Luis Gordo y a Óscar López que se vayan. Ellos piensan de forma distinta a mí, pero no quiero se vayan. Solo que no quiero compartir partido con ellos.
publicación anterior